En el momento que uno decide inscribirse a un triatlón distancia ironman, sea de la franquicia que sea, tenga más repercusión o no o haya más o menos inscritos, la preparación y el camino hasta el arco de salida es exactamente el mismo.
A una prueba de estas características le preceden multitud de sesiones distintas y seguro que con meses de antelación. Mucho se podría escribir sobre esa preparación. En mi caso particular mi segunda participación en este tipo de pruebas fue ayer sábado en la Ampolla con motivo del VIII Ironcat.
169 inscritos, 11 retirados. Posición final 43. Tiempo empleado 11h00'03''. Parcial de natación 1h12'32'' (100) bici 5h37'21'' (38) maratón 4h10'10'' (46).
La semana previa fue sin duda especial. El hecho de compartir la experiencia con Pablo que debutaba en la distancia hizo que nos contagiáramos de cada pensamiento. Si la primera vez sólo se vive una vez, ni qué decir queda que la segunda vez tampoco defrauda lo más mínimo. Compartimos así un sinfín de mensajes que no hacían otra cosa que desear con más fuerzas el que llegara el día 14 a las 7am. Obsesionados con llegar a la Ampolla nos presentamos puntuales a las 17h del día 13 para asistir al breafing. A medida que se acerca el momento aumenta la intensidad.Con un ojo puesto en las previsiones del tiempo que pueden condicionar en gran medida el desarrollo de la prueba, parecía que íbamos a adelantarnos a las tormentas previstas para el sábado por la tarde.
Alojados en el Hotel Flamingo hab 105 para ultimar el material. Apartado éste que te trae de cabeza. El temor a dejarte algo te hace duplicar el material. Si encima hay varias opciones de clima entonces las dudas se multiplican. Dorsal, chip, gorro, gafas ... nuevamente todo sobre la cama para repasar las transiciones. Parece que todo está bien. A las 19h salimos Pablo, Judith y yo a visualizar boxes y un par de kilómetros del circuito. Las boyas en la playa parecen cercanas lo cual reconforta al menos psicológicamente. Los miedos al agua de los que no somos nadadores son muchos.
Acudo a la ensalada de pasta y arroz preparada a conciencia para la ocasión. Llevo varios botes con agua y isotónico. Al día siguiente serán litros. Último paseo y sobre las 21:30h a ver la Rúa del Barça para impregnarse de optimismo culé. Seguramente cueste conciliar el sueño. La película de Catwoman con Halle Berry invita a ello. Recurro a los auriculares y parece que no tienen pilas. Vamos mal. Calculo que sobre las 23 estoy ya ko. A las 3am abro los ojos. En unos minutos vuelvo a caer hasta la alarma de las 4:45am. Ducha y a las 5 a desayunar. Ya hay otros triatletas. Un par de tostadas, café, jamon dulce y jamón serrano y un trozo de bizcocho. A las 5:15 hago una perdida a Pablo quien jugando con el móbil no le ha sonado el despertador. Bizcocho de Killian. Otro café espresso. Vuelta a la habitación y emplazados a las 6 en boxes.
Último repaso de material y amanecer oscuro y en solitario por el paseo marítimo hasta el Club Náutico. Se respira una mezcla de silencio, nerviosismo y emoción. Juanmi hace podio en boxes. Ha entrado el primero. Aparentemente estamos tranquilos pero seguramente inquietos. Nos enfundamos el neopreno. Vaselina ajuste de cremalleray a falta de 10' andamos 100m para bajar por las escaleras a la playa con el arco de inicio. Contactamos con el agua. La temperatura es buena. Hacemos que calentamos como los buenos. El agua lejos de la transparencia está tranquila pero pronto nos encargaremos de moverla entre los 160 que al final tomarán la salida. Por delante tres vueltas y un último tramo para sortear el muelle de acceso al embarcador. Sobre las 7:05 sirena de inicio esto ya empieza y no hay vuelta atrás. Por delante toda una jornada.
El primer paso por boya más tranquilo de lo presagiado. Ritmo constante y fácil para ir entrando en faena. Hay más de una hora de nado y toca ir respirando hacia un lado y otro levantando la vista para visualizar la boya amarilla. En alguna ocasión percibo que tengo que rectificar pues me acerco hacia la orilla. Aprovecho algunos ratos para nadar a pies pero el de delante se tuerce igual que yo. Decido ir a la mía. Primera vuelta. Parece que la ida se me hace más larga que la vuelta. Debe ser la corriente. Segunda vuelta, ya sólo queda restar y hacer la última. No aparecen rampas ni molestias. Puedo respirar hondo en alguna ocasión y es buena señal. No duelen brazos y voy bien. Finalizo tercera vuelta pero eso no quiere decir que se acabe porque hay que rodear la bocana. En todo caso el último tramo entre yates se hace reconfortante. Rampa de alfombra azul y acceso a la cinta de la cremallera para bajar la parte superior del neopreno. Ducha para quitar sal de la cara y al trote corto hacia boxes.
Sacar neopreno, poner casco, cinta con dorsal, calcetines salomon, calas specialized y maillot nike.
En el hotel me había puesto protección 50. Al final habría hecho falta más dosis. Encaro el paseo marítimo en dirección a las afueras de la Ampolla para dirigirme a Camarles. Dos o tres pianos que hay que trazar de pie y a la altura del Club Mediterrani tramo de asfalto rugoso. La mañana parece ideal. Son las 8:30h y la primera vuelta sirve para situarse y memorizar el trazado.
Arrozales. Extensiones amplísimas agunas sembradas, otras anegadas, otras en barbecho ... entremedias una lisa carretera de rectas largas. A los 10kms un cruce para cambiar el sentido en dirección al puesto de habituallamiento. Cooperativa inmensa que sirve de referencia a lo lejos. Curva de 180º y de vuelta para otros 15kms nuevamente hasta el Paseo Marítimo de a Ampolla. Vuelta 1 en 32,4kms/h av. Despejadas las molestias abdominales de inicio no sé si por los zoot o la cinta o la natación ... decido bajar un piñon y continuar la cadencia. De momento el viento habitual de la zona no ha venido. Aún es temprano. Hacia el mediodía será otro cantar. De momento la gente aguanta los acoples. Mi posición es cómoda y pedaleo fluido. Acudo confrecuencia al bote de la bici y en los habituallamientos aprovecho líquido más fresco. En los cruces con Pablo y Juanmi aprovechamos para alentarnos, darnos ánimos y romper con la monotonía de tantas rectas sin desnivel. Mantengo ritmos con tantas horas de bici en solitario hay que entretenerse en cualquier cosa. El pájaro de patas naranjas el tractor con ruedas de hierro, los agricultores que miran atónitos con barrohasta la contura, las lenticulares de los acaudalados triatletas, los incómodos cascos aeros ... llevo tres vueltas y Elena aún no ha llegado con las niñas. En el paso por la quinta es cuando las veo. Tardo unos 52' en totalizar cada vuelta. Ya sólo queda una. En la quinta el primer largo de 10 es desfavorable. El siguiente de 5 viento a favor. Del habituallamiento al cruce nuevamente en contra y el último largo a volar bajando piñones. Ese último largo es el que me empuja a rodar rápido sin desgaste. Los 40kms /h aparecen fáciles en el cateye. Durante toda la bici he ido pasando algun triatleta. No hay drafting porque no puede haberlo en tantos kilómetros y con poca gente. En un momento que me pasa uno un juez me avisa que me distancie y es que hay que facilitar la maniobra so pena de tarjeta amarilla. Comparto un tramo con el tándem de un triatleta invidente que a la postre será el primero de su condición en hacerlo en todo el Mundo.
Ya no hago la rotonda y sigo directo a boxes. Alguna molestia de la rodilla izquierda no ha aparecido más. A veces uno no sabe a ciencia cierta si lo que siente o nota es verdad o no. Acabo la bici con algo más de cinco horas y media y a 32,1kms/h av.
T2, cuelgo la bici, y el casco, cojo gorra me cambio el calzado, enciendo garmin, pongo cinta del mismo y olvido quitarme el culotte nike que dejaré en el habituallamiento en el primer paso por él. Empiezo a trotar y parece que las sensaciones son buenas. De momento el garmin va marcando algo por debajo de 5'/km. Intento controlar las pulsaciones y en los primeros momentos suben. Opto por no dejarme llevar y intento ritmo crucero. Pronto el reloj va a servir de poco. Ni distancia ni ritmo ni tiempo. Sólo me centro en las gomas que nos dan en el arenal a cada paso por vuelta. 42kms reducidos cinco gomas negras y una última blanca. Esas son ahora objetivos. Otro plantemieno es sólo parar a andar en cada habituallamiento.Los del Jovent lo bordan en boxes ofreciéndose eficazmente a cada demanda. Llega un momento que no sabes qué tomarte ni qué te apetece ni qué te puede sentar mejor. Sólo aprovechas para morder un trozo de sandía o refrescarte con agua. En cada boxes veo a las niñas y verlas es tambien una motivación fundamental. Tramo solitario por el puerto y el espigón pero permite volver a pasar rápido por la zona principal. El largo hasta el arenal y sus toboganes del Flamingo tienen su miga, pero el llegar a la zona de arena es aproximarse a la deseada cinta. En mi tercera vuelta advierto que Pablo está estirando cuádriceps. Sus leónidas están contracturados. Ese parece su bache. Todos y cada uno pasamos un bache u otro que hay que superar a base de mentalización. Durante las cuatro horas de la maratón, en el mejor de los casos, hay muchos momentos que superar. Cualquier síntoma de rampa, cualquiera incomodidad, cualquier mal pensamiento aparece en un momento u otro. Todos ellos se superan a base de coco pero hay que pasarlos irremediablemente. Entonces hay que acudir a experiencia, a recursos varios para continuar con el objetivo intentando la correcta toma de decisiones en cada momento. Cuarta cinta. Este va a ser mi bache. Al calcular por cintas y pasarlo a kilómetros me desvío de 4kms en mi contra y eso no me sienta nada bien. Tendré pues que correr 4kms más de lo que tenia en mente. Inicio estrategia geles y sobretodo no andar hasta la zona de agua. Con esa cuarta cinta en mi dedo ando unos 100m, me tomo el squezzy de limón, bebo botellín de agua fresca que al final me dejará la garganta hecho un ocho, respiro hondo y a la altura del movil-home reinicio la marcha. Lo peor ha pasado, ahora voy bien, me siento mejor, no tengo amagos de rampa en gemelos. Afronto mi ida al puerto. La emparquetada subida al Flamingo tiene su gracia. Vas viendo a los demás triatletas pero aquí cada uno tiene suficiente consigo mismo. Esta vez las niñas están en otra zona del puerto. Les anuncio que voy a por la blanca. Nunca antes me había gustado tanto ese color. Es ya mi último paso de ida al arenal. En la ida anterior he aprovechado para hacer una flexión en un traspíés como va siendo habitual en mis participaciones. Me juego la rampa total al levantarme. Aún recuerdo sendas caidas en Cavalls rebozándome como un jabalí en la bajada a Bagá. Afronto mi último largo de 4kms con el único pensamiento de disfrutarlo. Ni calculo tiempos ni duraciones. Sólo sé que ya tengo la blanca. Ya no aparecen las rampas en isquios ni gemelos. Juanmi y Pablo siguen afrontando su reto. También van superando sus baches. Siguen y eso es todo un objetivo. Segrego sal por todo el cuerpo. Aparecen los blancos en el negro del zoot. Con todo lo bebido sólo he orinado una vez en la tercera vuelta y ahora ya estoy cerca. Me voy despidiendo de cada tramo parcial que me ha ayudado a hacer más pequeña la distancia. Estoy viendo ya el náutico. Aún tendré que pasar por el lado del arco de meta, llegar al espigón y afrontar los últimos metros. En ese momento me cruzo con Juanmi y nos fundimos en un abrazo de admiración mútua. Antes con Pablo ya nos hemos felicitado y animado. Compartir con los dos esta experiencia ha sido en si misma una gozada.
Carla y María saltan la balla. La agarro pasamos andando esos últimos metros. Le cuelgo la medalla a Carla después de habérmela probado yo. Abrazo a Elena. Me quedo con los ánimos de mis hijas que de forma natural me han alentado en mis últimos momentos. Disfruto con el ejemplo y me recreo en la satisfacción de conseguir un nuevo reto. Acudo a la sandía. No sé qué tomar para que me alivie algo. Intento estirar. Me cambio de ropa. Comentamos algo la jugada con Elena. A nivel psicológico es algo duro. Físicamente hay que llegar con un nivel x de forma para afrontar con confianza los 226, pero a nivel mental hay más que estar preparado hay que asumirlo y vencerlo. Hoy lo se superado y me siento infinitamente bién.
Acudo a boxes recojo lo esparcido debajo de la bici, me cuelgo la bolsa y me despido de la ansiada zona de transición. Me acerco en bici con una sensación extraña de pedaleo al Flamingo recojo bolsas y vamos para el coche. Montamos thule y volvemos camino de casa. Las niñas me hacen apresurar la despedida aunque me hubiera gustado recrearme entre tanto finisher junto y sobretodo felicitar personalmente a Pablo y Juanmi en su consecución. Recurro a las tecnologías para acercarme a ellos en mi felicitación y reconocimiento.
Tormenta, sensaciones extrañas en cuanto a estómago que pronto cesan. Llegamos a casa, descargamos, me meto en la ducha poniendo agua fría que algo me alivia en las piernas y preparo algo de pasta y un merecido filete a la plancha al punto. Pronto caigo en la cama y igual de raudo concilio el sueño entre tanta noticia electoral.
Domingo a las 6:30. Parece que el descanso ha causado efecto pero no me deja dormir más. Debe ser algo biológico o sea que doy varias vueltas y me voy a preparar mi deseado desayuno de fin de semana sin entreno de por medio. Cómo disfruto desayunando un poco de todo sabedor que hay que continuar recuperando viendo la última etapa de la Titan Desert. La mañana se ha levantado soleada y tenemos actividad de excursión por el Delta del Llobregat. Esto no para y hay que estar al pie del cañón.
Al final cumplo y sigo atento a las sensaciones para ir recopilando los datos necesarios para seguir metido en esto. Creo que va a costar salir de esta dinámica. La triple disciplina me ha absorbido de tal forma que habrá que dosificar los esfuerzos para no llegar a lo obsesivo. La dosis de este fin de semana la idónea para continuar con la moral muy alta para el reto de verdad que nos espera e l24 de junio en la ciudad de la Costa Azul francesa. Niza seguirá en el mismo lugar y yo seguiré mi camino para embolsarme la consecución de un nuevo sueño.
Soñar es libre y hacer realidad los sueños es una forma de seguir viviendo. Sueña y vive tus sueños, yo intento hacerlo cada día. Yo prefiero siempre soñar despierto.
yo. Subida por la Hípica hasta enlazar con el Senglar. Foradades y Torrota para conquistar la primera ubre. Bajada hasta Pastora y descenso hasta Font de Carlets y sendero para repostar agua en les Fonts de Rellinars. Continuamos por la céquia en paralelo hasta recobrar la pista de acceso a la subida de ca la Pepa. Una vez en Rellinars bajada por el Planet para ir a buscar la carretera de Vacarisses. Desvío en track y pasamos la autopista por debajo a la altura de la gasolinera. Pistas de acceso a las urbanizaciones y cruzamos riera para seguir las señales de la Matagalls. Bajada por pista para acceder al Llobregat y llegar a Monistrol. Desvío hasta el parking del cremallera con parada para preparar la ascensión.
