domingo, 6 de mayo de 2012

ORBEA MONEGROS 29ER

Seguramente una semana de crucero por el Mediterraneo no sea la mejor manera de predisponerse a una martón de btt de 110kms y 1200md+, pero es lo que tiene el tener que inscribirse con meses de antelación a cualquier prueba del calendario.
Nos poníamos en linea de salida justo en el segundo arco de orbea una hora antes. Llegar a casi sis mil inscritos conlleva la masificación y las aglomeraciones para cualquier cosa, de ahí que de momento la mejor forma de afrontar las polvorientas pistas de Monegros fuera obteniendo una buena posición de salida. En esas estábamos, Pablo, Jordi Quintana y tras los problemas de cobertura sin poder ver a Juanjo. Como de costumbre en este tipo de pruebas, los nervios del principio iban a ser muchos y el peligro de caída también con lo que había que estar atento a los tapones y a los enganches.
Helicóptero, megafonía y paseo por el pueblo de Sariñena que seguramente no haya albergado a tanta gente junta en su historia. Sea como fuere, todo un acontecimiento con bikers venidos de toda la geografía dispuestos a impregnarse del polvo del desierto.
Pues eso, en un par de kilómetros primera toma de contacto con la pista dura y arrugada llena de fina arena por donde discurrir con plato grande. Rodar y rodar esperando que el grupo de vaya estirando y cada uno se sitúe en su sitio. Así van pasando los kilómetros a la vez que van llegando las primeras cuestas. Cuando uno se acostumbra a rodar, no le sienta muy bien tener que aminorar la marcha y ponerse a darle a los pistones, pero no queda otra antes de llegar al primer avituallamiento en el que sólo reponemos agua ya que todo y ser un día algo nuboso y con algo de viento en algún momento se soporta un asfixiante calor. Además en mi caso aparece un fuerte dolor de cabeza que ya no me abandonará en toda la prueba y que encima se acentuará al golpeo con cada bache.
Km 25, ya se van haciendo grupos. Pasan algunos a los que es imposible pegarse pues pasan demasiado rápido y es muy pronto para exprimirse. Se suceden las rectas y en alguna vale la pena aprovechar el rodar a rueda para protegerse del viento de cara que en algun momento molesta. El paisaje totalmente solitario entre prados y llanuras extensas. La sequedad de la meseta que se divisa el único escollo que recorrer de lado a lado para salvar el desnivel con el que nos encontramos. Seguimos Jordi y yo, haciendo tándem hasta que le invito a  engancharnos a un grupo de ocho o diez unidades del que tira una chica con una cannondale 29er. Lejos de pedir ayuda ella va tirando del grupo sin que nadie la ayude. Decido pegarme a ese grupo para que aprovechar la cadencia y cuando me doy cuenta parece que Jordi no se ha podido pegar. A la postre habría sufrido una raja en la cubierta que pudo reparar en el segundo avituallamiento gracias a inestimable ayuda de los mecánicos de orbea. Km 55 segundo avituallamiento en el que decido repostar a pesar que otros ni paran. Sólo llevo dos horas y el ir rodando a esas medias va desgastando. Encima arrastro incomodidad en cervicales y esa cefalea inoportuna. Las piernas de momento bien y me lo estoy pasando en grande rodando en grupo.
A partir de ese momento es difícil rodar agrupado. Se suceden algunas rampas y los grupos se distancian. Se sigue por pista dura y me martirizo en cada bajada y en cada tramo rizado. La presión de neumáticos es buena para rodar pero mala para amortiguar. Tengo que parar cada vibración con el propio cuerpo, y con los kilómetros te va dejando echo polvo. Qué duros tienen que ser los pavés de la Roubaix. Pues en esas estoy, viendo pasar unidades y centrándome en lo mío sin más pretensión que seguir rodando. Las bajadas son peligrosas, mucha gravilla y piedra suelta. Cualquier despiste te puede dejar fuera. Algunas de ciclocross deben ir apuradas. Yo voy notando ya algo de dolor en cuádriceps. Km 77. Toca comer bien. Llevamos 3/5 partes de la carrera y los de la Cruz Roja me niegan un ibuprofeno. Y yo con mi jaqueca. La bici va bien, cambia correctamente. Sólo una salida de cadena en bajada después de tanta vibración. Todo y ser pista noto la rigidez de la rígida. Se me cargan hasta las muelas. Próximo objetivo en el 101 más o menos una hora después. Hay que seguir rodando pero también subiendo. Ahora ya no valen grupos. A lo sumo pasa alguna pareja. Encima empezamos a adelantar a gente de la corta. La cosa empieza a incomodar. Encima el terreno se vuevle mucho más polvoriento. Ya se le ve el final pero aún queda. Km 90 y 100, el último repostage sienta de maravilla para ver el final más cerca, pero el tramo de llegada se hace pesado.En todo caso toca acabar con dignidad y el día nos ha respetado. Último tramo de asfalto que agradezco sobremanera y como siempre casi al final asoman algun aviso de rampa que mitigo cambiando la posición para cruzar el arco de meta en 5h11' con un tiempo efectivo de pedaleo segun garmin de 4h58'. Esos 13' en los avituallamientos indispensables para reponer fuerzas. Al final 23,1kms/h av.

Buena experiencia. Recomendable participación en una prueba de este estilo.Rodadora pero dura. Donde conviene entrenar en volumen para afrontar con garantias los ritmos. Tiene su gracia rodar en grupo en btt. Pero hay que seguir la estrategia correcta. No sólo en el día de la prueba, sino tambien en la planificación. Sea como fuere me lo he pasado en grande y desde aquí agradecer la companía de Jordi Quintana, gran ciclista apasionado por esto del btt, los retos y la aventura, y Pablo, otro experto montañero aventurero de desafíos por explorar. Como siempre Juanjo también estuvo ahí y me alegré de ver a Jan Alvaro y Sofi. A ver si coincidimos en otros objetivos y sesiones.

Monegros 2012, seguimos engrosando la lista de buenas experiencias.