MAYUMANÁ

Qué sorpresa la mía al coger el ipod para el entreno de esta noche y en medio de mi serie mayumaná sonando a todo trapo a ritmo de 5.000.

Magnífico día de entreno: aproximación en bici de carretera hasta el Athc al mediodía rodando unos minutos en dirección a Can Font. Bañador, gafas y piscina. 1250m con unas series intercaladas que me han dejado molido. Cada viraje es para mí una apnea. 5 series de 100 a 1'45'' saliendo a 2'15''. No se trata de nadar rápido sino de nadar bién. Yo no hago ni una cosa ni la otra. Me fundo y me hundo. Es lo que tiene no ser pez.

Estiramientos y cabalgando nuevamente la trek hacia la oficina pasando por Can Ametller para degustar la tarta tatén con manzana caramelizada y el toque de canela con un magnífico espresso preparado al gusto por Rafa.

Por la noche saliendo ya desde casa calentando 15' (3kms), estiramiento y en la planificación dos bloques de 5.000: saliendo a ritmos cerca de 4' acabando en 19'55'' (a 3'59''). Tras 3' de descanso y una vez las pulsaciones se han quedado por debajo de 150 nuevamente otro 5.000 en 19'59'' (a 4'01''). La verdad es que me he encontrado muy bien. Parece mentira como los segundos por pequeñas porciones de tiempo que parezcan, son un abismo durante el ejercicio intensificado. Nuevamente el garmin se está convirtiendo en mi más fiel seguidor.

Lo peor de este año es la planificación de la temporada en cuanto a objetivos y metas. Teniendo el Ironcat solapado con una boda, ayer me enteré que el triatlón B de Banyoles me coincide con Semana Santa cuando nos vamos al Camino de Santiago. Además en enero tengo la Media de Terrassa y no puedo ir al Trail Blanch de Font Romeu ni a la Hivernal del Bages. La Cursa dels Nassos se va al traste al tener que irme a Núria. Niza me está llamando a gritos y yo ya me estoy mordiendo las uñas. A ver si en el sorteo del día 15 sabemos algo de la QH y puedo planificar el mes de junio. Tengo un hueco en el 2010 que no sé aún como llenar. De momento sigo en mi día a día sin pensar en el medio y largo de plazo. Lo que seguro que sé es que en octubre estaré en Calella para apoyar en todo lo posible a Juanmi lo que me llena de ilusión. Poder revivir la experiencia no tiene desperdicio. Compartir la experiencia con él ya es un magnífico reto para el año que viene.