domingo, 7 de abril de 2013

MARATÓ DE BCN'13

Si tiro de archivo, no recuerdo otra carrera en la que el componente psicológico y anímico hubiera tenido tanta trascendencia. A menudo decimos que hubo que tirar de coco para poder conseguir tal o cual resultado. Normalmente atendemos a razones intangibles para dar respuesta  a las marcas obtenidas. La experiencia que viví yo eL domingo pasado fue de las más duras que recuerdo.
Esta edición de la Marató de Bcn fue sin duda alguna la que más me costó. Desde un punto de vista físico, quedó patente que faltaron muchos kilómetros y que me presentaba en la linea de salida con menos volumen del deseado. Los problemas con gemelos que había arrastrado en los últimos meses, no permitieron afrontar más sesisones y hubo que dosificar los esfuerzos para al menos llegar a la cita.Ello sin duda me dejaba corto de preparación a la vez que iba mermando las fuerzas y las ganas para enfrentarse a los 42. Está claro que en carrera el primer síntoma fue claramente físico. Los ritmos a partir del 25 empezaron a  decrecer y era imposible poder mantener una mínima cadencia. Todo y los geles, los avituallamientos y los botellines de agua, no habia manera que las piernas respondieran. Y era en ese momento cuando había que soportar el esfuerzo psicológico de enfrentarse a 15 kms que son toda una odisea en esas condiciones. Siempre distingo entre afrontar las cosas de forma positiva y optimista como energía adicional para garantizar el éxito. Me parece fundamental cargarse de vitaminas en forma de motivación e ilusión para encarar cualquier oibjetivo. No es algo simplemente físico, que también. Sino que hay que dotarse de cuantas ilusiones estén a nuestro alcance para autoconvencernos del por qué estamos allí y cual es su sentido. Correr por correr tampoco aporta nada nuevo. Correr por un motivo, o dos o tres, entonces facilita las cosas y más cuando hay que estar durante un largo periodo de tiempo sucediendo un paso tras otro.
Recuerdo los periodos de preparación de los triatlones de larga distancia. Ahí había motivación a espuertas. Cada sesión era una oportunidad para crecer en lo físico y en lo anímico. Supongo que los que llevan muchos años en esto, encuentran en la actividad física una forma de vida y una manera de entender el día a día. Para eso hay que estar fuerte, tenerlo claro y apostar decididamente para invertir tanto tiempo. Dar contenido a todo ese tiempo no es fácil, y repetirlo un año tras otro tampoco.
De todas formas, mi cita con Bcn creo que será mi propio reto personal. Creo que por sus calles corrían atletas con más de cuarenta o cincuenta años. Espero vermes en esas franjas y poder sobrevivir al paso de cada km hasta poder llegar a La Font Màgica.

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