Diría que dos son los motivos por los que principalmente me inició en esto del deporte. Seguramente en el inicio era un componente de diversión y disfrute dirigido por el entorno familiar y el juego y con posterioridad pasó a formar parte de un estilo de vida, una forma de hacer vida saludable y por otro lado una forma de crecer y confiar en los valores que el deporte lleva consigo.
Es por eso que hago deporte. Porque influye e interviene en mi bienestar. Me aporta la energía necesaria y me da esas válvula de escape que a menudo necesito. Me equilibra cuerpo y mente y me aporta esa sensación de plenitud. Por otro lado no entiendo ninguna otra actividad en la que intervengan un sinfín de valores. Principios que uno utiliza en su cada día y que puede extrapolar en ese devenir. Ahora que participo activamente en la gestión deportiva a edades tempranas es donde más de manifiesto veo esa formación en valores. El deporte nos ofrece pues grandes posibilidades para crecer como mejores personas. Una vez crecidos, se trataría únicamente de irlos recordando para poder seguir poniéndolos en práctica. Es más creo que siempre hay que estar abierto a nuevas sensaciones y nuevas experiencias y a lo que estas nos transmitan.
Y toda esta introducción no es sino para poder justificar la que fue mi cuarta participación en la V Ultra Cavalls del Vent. 100 kms de recorrido por la Serra del Cadí, 6665md+ y otros tantos de negativos para mis piernas.
Coincidiríamos al afirmar que de deporte parece mucho pero de saludable es más bien poco. Efectivamente, poco saludable es estar durante 20 largas horas entre caminos, senderos, pedregales y trialeras cuando uno está fatigado, físicamente muy cansado, con un fortísimo dolor de pies, calambres musculares, náuseas y problemas intestinales … De acuerdo, no hay nada que a nivel de salud pueda justificar la ultradistancia. Tendones, músculos, articulaciones y el organismo en general lo advierte así al finalizar la prueba.
Pero la ultradistancia aporta mucho en valores. LA experiencia vivida en primera persona en un acontecimiento de ese calibre es para cada uno. Muchos seguirán viviendo sin tener ninguna necesidad de experimentar algo así, y seguramente seguirán siendo bien felices. Pero el que se enfrenta a un desafío tal, vive un sinfín de sensaciones y pensamientos que al hacerlos conscientes manifiestan todo su potencial. La resistencia, la disciplina, el optimismo, el orgullo, la lucha, la persistencia, la serenidad, la paciencia, la constancia, la satisfacción … Sobreponerse a la adversidad, salvar los obstáculos, tomar decisiones correctas, aplicar la experiencia, perseguir el objetivo, alcanzar un sueño … todas y cada una de estas sensaciones se repitieron una y otra vez a lo largo del trayecto que separaba entre sí los Refugios del Cadí.
Nos dábamos cita a las 7am en la Plaça Major de Bagà. La hospitalidad de Pablo y Judith nos permitió tener el mejor de los descansos y concentración ante la que iba a ser una larga jornada. Ramón y David se añadirían a la fiesta desde la inexperiencia y los nervios de lo desconocido. Los primeros momentos son realmente espectaculares. El Último Mohicano y su banda sonora se viene repitiendo cada año en solución de continuidad. Uno recuerda momentos por la música, y esa melodía nos transporta sin duda a Cavalls.
Con las primeras luces del día enfilamos por asfalto hasta empezar el camino que en contínuo nos vaya subiendo a las cumbres. Uno recuerda ya cada tramo después de varias ediciones y sesiones de entreno. De momento parece que Rafa, asume la estrategia de esperarse y con calma ir cosiendo los primeros desniveles. Así vamos subiendo mientras platicamos. Paller de Dalt después de un par de kilómetros de pista va arrancándonos las primeras gotas de sudor. El material ya testeado pasa el corte. La elección de ropa también. En estos momentos llevo la gorra buff, ropa asics, calcetines hoko, chaleco y la fuji trabuco. Como mochila la raidligut de 20l y el camelback. Voy bien, hoy me siento bien, estoy fuerte. El canario más aún si cabe. Coronamos para descender a Rebost, primero de los refus. Apenas paramos, sólo pasamos, seguimos tirando de blackdiamond por las empinadas cuestas detrás del refugio.
Vamos cruzando entre el bosque mientras se van viendo ya las cotas. Pronto se oirán los primeros cencerros de la gente animando en Comafloriu. Asoman los primeros rayos, magnífica estampa. Afrontamos el tramo de césped y algo de viento. El chaleco parece ser suficiente. Las radar también. No olvido acudir al tubo de goma. Vamos coronando. Niu no está lejos. Rafa tampoco. Voy cómo me siento bién. El ambiente a 2500m es espectacular. Las primeras banderolas y pancartas denotan que el primero de los escollos se ha superado, y sus 1500m d+ de inicio.El reloj dice que más bien rápido. Cambio de impresiones con Fanfi y nos lanzamos cuesta abajo. Pronto veo que el canario va con unas ganas tremendas. Yo encima voy inseguro y a las primera de cambio me tuerzo. Torcedura de las buenas. En qué momento. Encima la cosa se empieza a poner fea cuando asoman algunas rampas. En un principio en cuádriceps y más tarde en gemelos. En ocasiones en basto interno, en aductores. Buf, habrá que replantearse estrategias y decidir sobre la marcha. A estas alturas Rafa está volando como un cohete. Yo voy a lo mio y a mi CV y pienso en Penyes Altes. Siempre me cuestan una barbaridad per se coronan. Cuando toca tirar de zancada para bajar a Serrat desde Coll de Trapa el dolor me impide pisar correctamente. Los músculos se contraen y no llevamos ni 4h de camino. Esto va a ser muy largo. Me engancho en un grupo después de bajar por los toboganes que el año anterior eran una auténtica pista de patinaje. Me engancho a un grupo para llegar a Esposes. Toca tirar de coco para pensar que toca un merecido descanso en el avituallamiento pero se hace evidente que voy justo. Confío en poder recuperarme algo, pero en 5' vuelvo a estar en marcha y en la subida tras el refugio la cosa no va bien y encima empieza el calor. Empiezan a pasarme las primeras unidades síntoma que el ritmo se resiente. Esa no es hoy mi guerra. Próximo objetivo bajar a Bellver. Cuando alcanzo el inicio de pista orino por primera vez. Cual es i sorpresa cuando veo que orino anormalmente muy oscuro. Síntoma de falta de líquido explicación de los calambres? Falta de sales cuando en Serrat me tomé la primera cápsula? Exceso de ritmo en la primera ascensión? Falta de entreno específico? Asaltan muchas duda pero hay que ir bajando por pista entre denso bosque. Bajada larga y delicia para los cuádriceps. A la que fuerzo se manifiestan las rampas y encima azota el calor. Sólo pienso en llegar al pabellón y cambiarme de ropa para ver si cambia algo. Me cuesta trotar en llano. Parece que me he rendido. Voy realmente tocado pero veo el pueblo cerca. Hay un montón de gente a las afueras del recinto. Justo al entrar control de material. Movil, cortavientos y manta térmica. Todo en orden. Busco mi rincón. Y mi bolsa. Me siento. Reflexiono. Cruzo los dedos porque sea un antes y un después. Si no habrá que pensar en retirarse. No valdrá la pena si hoy no toca. Me cambio de calcetines, de pantalones, de camiseta. Me pongo compressport por los calambres de piernas. Habrá que cambiar algo, no puedo seguir igual. Quiero ser otro. Preparo el material obligatorio. Tocará llevar algo más de peso. Me obligo a comer algo más, a beber sin sed. En 20' vuelvo a estar en marcha. Cual es mi sorpresa cuando coincido con un ex compañero de colegio. Parece que esto va a cambiar, toca cambiar de aires.
Al menos vamos charlando mientras los kilómetros van pasando y el desnivel subiendo. A la que llevamos un buen rato de pista pesadísima bajo un sol abrasador nos alcanza por detrás Ramon. Esto supone un subidón de ánimo. Pronto acordamos hacer tridente. En grupo tras más de 6h la cosa se lleva mejor, pero ni pensar en lo que queda. LA realidad es que la cuesta empieza a empinarse. En vez de seguir por pista, cojemos cota por atajos. Eso supone tirar de musculatura que tengo más bién maltrecha. Y suben las pulsaciones. Me cuesta unja barbaridad conseguir Cortals del Ingla. Primer ibuprofeno. Sigo llenando camelback. 2l en cada puesta. Creo que estoy hidratando bién. La comida un poco mal. Me cuesta acostumbrarme a dátiles y orejones. Los frutos secos me hacen una pasta pero ahora sólo toca pensar en Aguiló. Lo que aquí son una lineas, desde Bellver a Prat son 5 horas. Y largas. Y cuestas y pendientes. Toca deleitarse en el paisaje. Y en los militares que van de maniobras a aquellas alturas con traje de camuflaje, mochilas y cetme. Y botas y pantalón largo.
Seguimos los tres. Parece que Ramon arrastra problemas de pisada y lleva una yaga en talón del pie izquierdo. Jordi va bien, se le ve muy bien y confiado. Por fin llegamos a Prat convertido el año anterior en hospital de campaña y donde abandonaron la mayoría de corredores. Reponemos fuerzas. Apenas gastamos unos minutos que nos disponemos a afrontar otro de los cocos del día. La subida a Gosolans. Graciosa subida ella. Y larga. Si no fuerzo en demasía parece que los calambres ya no existen. Me voy encontrando mejor. Vamos a buen ritmo. Coronamos y recuperamos algo el aliento. En otras ediciones en el Prat me atrevía a trotar constante. Hoy me toca reservarme algo más. Además vamos más en grupo pero en la bajada por pista Ramon se va quedando. Yo por mi parte me rebozo un par de veces y hago unas vueltas de campana. La piernas no van para muchos ritmos y los tropiezos son testigos de excepción. Me llevo un tatuaje en la planta de la mano y algún hematoma bajo la rodilla. Llegamos a la pista de Estasen.
Ahí es donde le decimos a Jordi que tire. Yo me comprometo con Ramon a afrontar juntos lo que queda. En cierto modo me siento responsable que él pueda acabar y yo voy algo maduro. El Pedraforca no está lejos y llegaremos de día. En el refugio después de casi 13h. Aquí hay que tomar decisiones. Veo que Ramon no se rinde. Le duele el pie pero para nada se plantea la retirada. Es su decisión. La respeto y la apoyo. Me comprometo a ayudarle. Mi carrera hace algunas horas que se acabó. Aquí de momento hay que pensar sólo en Sant Martí que es el siguiente punto de evacuación. Nos preparamos ya para la noche y encendemos frontales. Empieza una nueva UCV.
La bajada a Gresolet es siempre divertida. Corta pero durísima por la pendiente y lo resbaladiza. Estamos ya en plena noche pero siempre nos acompaña un frontal que nos viene de frente. Hoy es Luna Llena y eso hace aún más especial esos momentos por el bosque. Llegamos a Gresolet. Gol del Barça, parada de Valdés. Todo suma. Hay que subir a la Bauma. Aún recuerdo otras ediciones cuando esa subida se me atragantaba . Hoy voy mejor, más constante y sin prisas. Ramon sigue bien. Cada uno a su ritmo y nos vamos reagrupando. Lo único que ocurre que en Bena hasta St Martí no puede trotar. Eso ralentiza mucho el ritmo, pero también poco importa ya. Desde Estasen que el compromiso es la finalización. Dentro de los límites de los soportable, sin asumir riesgos innecesarios. Sigue fuerte y persistente. En ningún momento veo que quiera tirar la toalla. Creo que va pensando más en Bagà que en Sant Martí, pero aún queda mucho. Cada vez queda menos. El túnel del terror del Empedrats empieza a aullar a lo lejos. Antes paramos a sus pies. Control de material Voy ligero pero con el gore en la raidlight. Tazita de caldo.
Si salimos hacia Cal Cerdanyola ya no hay vuelta atrás.Empedrats es una hora larga. Y mucha pendiente. Pendiente y variada, entretenida. Aunque a esas alturas no estamos para muchos entretenimientos. Seguimos con la misma estrategia. Cada uno a su ritmo y reagrupamos. Hay muchos momentos de silencio. Llegar a St Jordi es todo un reto. Parece que refresca. Más vale no gastar mucho tiempo allí. Nos iremos pabajo. Los primeros metros son duros de piedra picúa. Un masaje para los pies hasta llegar a Escriu. Qué duro se me hace. Escriu me parece primo hermano del de las piedras. Qué ganas de coronar el coll. Ramon lo desea igual. Al fin llegamos a las pistas de bajada. De ser un firme liso sería placentero. Con tanta piedra es un auténtico potro de tortura. Y Ramon no puede trotar. Bastante hace con sostenerse teniendo el talón en carne viva. Ello hace que se nos haga larga pero almenos nos vamos acercando a nuestro destiuno final. Por fin el asfalto. Liso pero duro. No queda mucho. Sendero de derechas. Las ganas por acabar superar cualquier obstáculo. Ramon ya lo tiene y yo lo mío. Quien me lo hubiera dicho en Bellver o en Cortals en el día de hoy. Estar allí es toda una hazaña. Llegamos al pueblo.
Bajar los escalones se hace gracioso. Otros años le arañaba segundos al luminoso. Hoy me recreo en cada paso por el pueblo. Me fijo en las paredes, en los portales, las ventanas. Llegamos a la plaza. La gente nos aplaude. Si hemos andado pues llegamos andando. Qué prisas hay. Cruzamos la linea, ya lo tenemos. 20h36' después. A las 3:36 de la mañana. Casi toda una jornada después.
Sin premio, sin reconocimiento, sin podios, sin himnos. Cada uno consigo mismo. Con sus reflexiones, con sus pensamientos...
Pronto se activa el chip de la recuperación. Hay que reponer, descansar, recuperarse. Ese es el nuevo objetivo. Apenas hay tiempo de saborear la victoria que ya estamos pensando en cómo salir de aquella fatiga, del sueño, del cansancio. Las cara nos delatan. Caras cansadas, afiladas pero con una ligera sonrisa cómplice e inconfundible. Esa sonrisa pícara del que ha conseguido aquello por lo que estuvo allí tantas horas.
Otra más, otra de las buenas. La única, la verdadera. La más dura, la más trabajada. Otra más, una de las largas, todo un sueño, un auténtico desafío. Un sueño más, otro más.
Hay que ver la que tienen liada Pablo y Judith con su Mountain Evasion. Tienen un trastero que parece de world dysney con la cantidad de gadgets y complementos que llegan a acumular. Lo mejor de todo es que encima los usan y de qué manera. Bolsas, cuerdas, bicis, palos ... ya me gustaría a mí traerme aquél trastero como árbol de navidad. Y es que parece un árbol. Sólo le faltan las bolas y las guirnaldas.
Brutal el entorno. Es lo que tiene esta forma de ski. Todos pensamos en remontes, en colas, en masificación... Esto es otra galaxia. Una pista para tí solo. Y el silencio. La blancura de las vistas, el manto de nieve entre el bosque y las cimas de los picos que se ven a lo lejos ... y cómo no el esfuerzo, la técnica de un deporte desconocido aquí pero muy seguido en otras latitudes. A 2000m en continuo movimiento y tirando de pulsaciones, arrastrando los pies y empujando de brazos.
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