martes, 5 de noviembre de 2013

HALLOWEEN NO CASTANYADA

Nuncame hubiera imaginado yo las consecuencias que puede acarrear llevar a cabo una actividad deportiva cualquiera cuando uno tiene sueño. Algo me habían comentado de la segunda noche en la Ultra Trail del Montblanc con más de treinta horas de esfuerzo. Nunca me pensaba lo que suponía andar estando muerto de sueño y deseando cerrar los ojos por un instante hasta que no me enfrenté a los 40kms nocturnos de la I Travesía CTLF-Montserrat. Si bien es verdad que llevo unas semanas lastrado por el cansancio que supone levantarse casi todas las mañanas a las 5:45h para salir a correr por la ciudad durante 45',lo de este viernes fue de festival. Tras improvisar una salida en bici delgada de 104kms esa misma noche había programada una caminata fácil sobre el papel pero muy dura en su transcurso. Lo de la bici de carretera tuvo también su miga. El recorrido no por habitual menos interesante. Llegando a St Llorenç Savall y subiendo a Gallifa, pasando por St Feliu de Codines y alcanzando St Miquel del Fai. Hasta aquí todo bién, sometido a los ritmos del Capità con un flamante Tarmac, y al dictado de un Teutón de piernas largas y afinadas. Ya en el perro teniendo que tirar de fondo de armario y sucumbiendo en las cuestas del Fai. Descanso inevitable en St Quirze Safaja y nuevamente en faena para llegar a Castellterçol y subir a Granera. Alcanzado elkm 25 y la V, todas una Estenalles para dejar el resto y rendirme a la evidencia de mi mal estado de forma en comparación con los otros dos galgos. El no poder echar la siesta hacía presagiar lo que inexorablemente iba a ocurrir por la noche. Puntuales a la cita en el Club, 9 intrépidos aventureros nos atrevíamos a enfrentarnos a lo desconocido. A las 21:15h dábamos el pistoletazo de salida a nuestra particular travesía. Y nada de ir por el camino más corto. Ni el más recto. Tenía en mente y así lo grabamos en el garmin alcanzar el Camí dels Monjos y rodear Terrassa para pasar por Matadepera y en les Pedritxes tomar el camino de la Matagalls Montserrat. Ello supondría recoger a Josep tres horas después del punto de partida tras hacer avituallamiento en la terrassa junto a la piscina de colores. El tramo más feo sin duda el de asfalto de ciudad por Torressana y la Grípia. Una vez en camino de tierra la cosa se iría poniendo interesante una vez superado el tramo emporlanado de las Pedritxes. Alcanzada la Torrota de l' Obac, iniciaríamos descenso en dirección a Vacarisses.Sin duda el mejor de los tramos. Valía la pena tomar ese itinerario y seguir el perfil que a pesar de ser másb largo y con más desnivel era sin duda alguna más interesante. Alicia, Ori, Marta, Txema,Imma, Ramon, Rafi, Josep, Elena y yo. Todos sabedores de lo ambicioso del proyecto, nadie osaba en quejarse lo más mínimo. Seguramente yo el más quejoso de todos. Qué sueño por Dios. Dejarme que me estire cierre los ojos que me voy a dormir de pie. Ni adrenalina ni cafeina ni fino la ina. Nada que pudiera quitarse esa sensación moribunda. Y en esas ir pasando las horas y los kilómetros. En los llanos de Vacarisses en dirección a Monistrol agarrado al brazo de Elena cual lazarillo intentando conciliar el sueño. Y ya bien entrada la noche, casi saludando al nuevo día alcanzamos los pies del macizo. Un ibuprofeno y un café corto parecen devolverme la vida.Y con ellos nos disponemos a superar 650m d+ en 4kms para llegar al santuario. Espectacular subida la del Camí de les Aigües. Último esfuerzo y últimos peldaños. Llegada tras 11h de caminata continua a la parada del cremallera junto a la plaza del Monestir. Visita obligada a la Mare de Déu de Montserrat y cita igualmente importante con el recuerdo de Lucía. La llama que aún prende me evoca su sonrisa y su cariño. Recuerdo como si fuera hoy esa felicidad que desprendía. Me llevo conmigo ese recuerdo de verla feliz jugando con mis hijas, difrutando en el agua, montándose en la feria ... y en seguida pienso en Salva. Su hermano igual de feliz que de cariñoso. Que nos ayudó a todos a sobrellevar la dureza y el dolor del momento. Y la tristeza deviene felicidad de inmediato al pensar que tiene la suerte de tener con él a una gran familia que le guuiaráy le ayudará en todos sus días. Recuerdo también a sus padres. Qué dolor. Indescriptibles momentos de sentimiento más profundo. Y no puedo hacer otra cosa que acompañarles y estar junto a ellos. Y seguirles, y estar ahí. Todas las horas para llegar a encender esa vela. Esa luz con la que dar calor a todos esos sentimientos,y perpetuar esa llama para recordar que Lucía siempre permanecerá ahí, en ese recuerdo. Y siempre estará precisamente con esa sonrisa infinita. Alcanzado el objetivo que nos llevó a Elena y a mi a llegar a Montserrat, me disponía en la mañana del domingo a cruzar algunas rieras esta vez con la bici de ruedas gruesas. Subida a Can Torres y bajada por la mejor de las trialeras de la zona:La Castellassa. Tan larga como entretenida con algunos pasos comprometidos y mucha piedra suelta. Tirar de técnica y experiencia para no sucumbir a la dolorosa caída. Acceso a les Arenes para dejarnos guiar por el Senglar y alcanzar algunos tramos preciosos de la riera de St Llorenç. Con alguna emboscada que otra como nos tiene acostumbrados, botifarra en la Fonda donde aliñada con allioli y cerveza poníamos rumbo de vuelta eso sí repitiendo una espectacular bajada hasta Castellar. Vuelta porla Christmas y Can Déu para acabar a las 14h con 50kms en las piernas pero con una mueca de oreja a oreja tras llegar casi a los 200kms en el fin de semana. Estamos a las puertas de la Marató del Montseny. Este domingo junto a Juanjo y Rafa nos enfrentaremos a los 42 otoñales en uno de los parejes más bellos del escenario catalán. Veremos como estamos de fuerzas,pero sea como fuere prometo pasármelo en grande disfrutando junto al cordovés de los mil trapicheos.

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