martes, 4 de mayo de 2010

LA MARGARITA

En días como hoy la verdad es que se hace difícil encontrar motivos para enfundarse en ropa deportiva y echarse a la calle a entrenar.
Una de las ventajas que tiene el no tener un calendario prefijado de entrenos es que uno puede improvisar en función de distintas variables. Hoy sin ir más lejos viendo que al mediodía la llubia nos daba una tregua me he podido escapar para mi salida de bici hasta la Serra Llarga. 55' bien aprovechados aunque que duda cabe que también he tenido que deshojar la margarita. Muchas veces uno piensa en hacer un entreno con tal o cual recorrido, a un ritmo u otro, tantos metros de piscina ... es relativamente fácil sobre el papel trazar el contenido de un entreno con frecuencia exigente. En el bar se ponen muchos tochos. A la hora de la verdad y enfundado en el traje de faena la cosa ya cuesta más y no se ve tan fácil cuando por delante tienes 2,3 o 4 horas de entreno intenso.
He salido puntual de la oficina y de camino andando hasta casa iba pensando en si entrenar o no. Ese ángel y ese diablo permanente. A quién de los dos hacer caso. Al final mientras me quitaba la corbata la tentación de preparar algo de comida y descansar un rato en el sofá antes de ir a buscar a las niñas era muy grande. Los ángeles se han impuesto y los 22kms de bici de carretera y el ipod me han dibujado una sonrisa mientras volvía de mi recorrido habitual.
Ya por la noche, después de leer los cuentos, con la bolsa preparada y lloviendo a cántaros, escuchando el gol de Messi he subido al Athc. Tampoco la ilusión en este caso era excesiva pero sin pensar mucho me he puesto el bañador nuevo y las gafas desmontables y me he zambullido en la piscina. Una vez ya puestos me he ido deleitando en cada brazada, en cada sensación, en cada gesto. 1500m más tarde y esta vez con auriculares me he subido a la bici de spinning para mover nuevamente las piernas. Gol de Bojan con lo cual me he ahorrado el sufrimiento de la media parte, el de Pedro y esta vez sobre la máquina de remo el de Leo. Estiramientos, abdominales y ducha caliente y abundante. Café con leche, bizcocho y blog.
Al final creo que ha sido cuestión de suerte. Esta vez el pétalo que ha ganado ha sido el sí. Sesiones como las de hoy son las que calan profundo en el espiritu de mi forma de ver a los hombres de hierro. Estos no se oxidan con la lluvia sino que ésta es excusa para encontrar nuevas sensaciones.
Mencionar un mail que me ha llegado este mediodía. Una crónica sobre la Maratón de btt de los Monegros. Su autor, ya cerca de los 50 con mucha experiencia sobre la bici y narrando apasionadamente cada momento vivido. Esa forma de vivir intensamente lo que uno hace, sea lo que sea, creo que es algo a perseguir y lo que da sentido a muchas cosas. Tan sólo algunos lo consiguen.

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